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El tapón es una pieza de corcho, metal, vidrio, madera, goma, ets. que tapa la boca de una vasija u otro orificio semejante con el fin de cerrarlo de forma más o menos hermética.
Desde la más remota antigüedad han existido diferentes métodos para tapar o precintar los envases conteniendo líquidos u otros productos. En Grecia y Roma se utilizaba: cera, trapos untados con resina o lacrados, trozos de madera envueltos con una tela, plomo o cristal.
Tapón de corcho
En el siglo XVII se descubrió que el corcho -materia natural que crece rodeando algunos árboles como el alcornoque- era ideal para precintar el vino. Aseguraba una estanqueidad sin igual.
Según se piensa, fueron unos monjes catalanes de Gerona (zona muy corchera) quienes hicieron posible que el francés Dom Pierre Perignon (1638-1715) lograra obtener el "champagne" en 1682. Le facilitaron el corcho que ellos utilizaban para tapar sus botellas de vino. Dom Perignon había encontrado y puesto en práctica los principios esenciales de la vinificación del champán ("méthode champenoise").
A finales del siglo XVII el corcho había reemplazado todos los materiales de obstrucción utilizados hasta entonces.
La elaboración y preparación de un tapón de corcho empieza con el acondicionamiento de las planchas de corcho retirado del alcornoque, es decir, secado, escaldado y cortado transversal de las placas mediante unos afilados cilindros. Los tapones dedicados al vino suelen tener entre 4 y 5 cm.
Tapón hermético
En 1815 el alemán Karl Dietrich inventó el tapón hermético, un mecanismo con el que se podía abrir y cerrar manualmente las botellas cada vez que se precisaba. Véase las antiguas botellas de gaseosa.
Tapón de corona
En 1892 fue patentado el tapón de corona metálica de 21 dientes, número idóneo para que el tapón se sujete suavemente a la botella pero sea fácil de doblar para extraerlo. Al inicio tenía solamente 18 puntas. Su inventor fue el estadounidense William Painter, de Baltimore, y lo utilizó la firma Coca-Cola, que lo colocaba mecánicamente.
El nuevo sistema era, además de rápido y sencillo, más barato de mecanizar, ya que a partir de una sola plancha metálica de un metro cuadrado se podían hacer cientos de tapones de corona.
Tapón de rosca
Es el más cómodo pues su cierre es hermético y no precisa sacacorchos.Se fabrica con diferentes materiales; de metal para refrescos y cervezas grandes, aunque algunos vinos sencillos los ponen en las botellas de pequeño formato (compañías aéreas, etc.).
Tapón de corcho con rosca
Diseñado por William Garner (Estados Unidos) en 1996 se consolidó a finales del año 2000 después de múltiples pruebas.
El invento se llama "Meta Cork" y se trata de una cápsula de plástico rígida, con acabado metálico, que tiene en el interior un corcho de 2 pulgadas unido a una tapa de rosca. Basta con 6 giros de rosca para abrir la botella.
Se destina a vinos de consumo inmediato ya que se ignora si pueden dejar pasar algo de aire.
La cápsula
La cápsula que recubre el tapón de corcho de las botellas de vino - complemento indispensable para garantizar su autenticidad- era antiguamente de cera o lacre. Posteriormente se hizo de plomo y más tarde de plomo recubierto de estaño. En la actualidad se utiliza el estaño puro, el más idóneo para un buen vino.
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