viernes, 23 de septiembre de 2022

La Puñalada

 

paseodegracia.com

          Fue un emblemático café restaurante en el número 104 del Paseo de Gracia de la Ciudad Condal (antiguo Camino llamado de Jesús), esquina con Rosellón. Empezó a servir en 1927 y cerró en 1998 abrumado por las deudas. Trabajaba muy bien la gastronomía francesa y regional catalana. Era famoso por su arroz.

           No se sabe si debe su nombre a sus altas minutas (que dolían como puñaladas); a un apuñalamiento que hubo en la zona; porque el propietario ya tuvo un restaurante con ese nombre en el barrio de Gracia y los clientes habituales lo rebautizaron con él; o por otros motivos. Se habla también de que al propietario de un bar vecino le tocó la lotería y clavó un puñal a la puerta del establecimiento que le había agotado tanto, "por merecérselo". 

          El periodista barcelonés Lluís Permanyer expone en una respuesta en La Vanguardia (16/09/2013) lo siguiente: "En 1917 el camarero Riera abrió el Olímpic-Bar. El nombre no hizo fortuna, y la peña de escritores y artistas que allí se reunía lo rebautizó como La Puñalada. La leyenda asegura que fue para evocar la forma como el asiduo Rusiñol tenía por costumbre pedir la cuenta: "I ara...la punyalada!". El historiador Alberto del Castillo da por buena la siguiente versión, contada por Luis Cabañas. Se quiso con el nombre de La Puñalada recordar el fin del Bar Duval, de un tal "Badanas", que estaba en el Paseo de Gracia, cabe el pasaje de la Concepció. Al cerrar para siempre la puerta, le clavó un cuchillo, al tiempo que exclamaba: "No serás más la casa de Badanas. No serás más que esto, lo que te doy:¡Toma la puñalada!".

          Se dice que allí se inventó "el pepito", el bocadillo a base de pan francés, carne de ternera a la plancha o frita, y ajo laminado. También pudo haber nacido en Andalucía o en Madrid, en los años 50.

           El maître más conocido de La Puñalada fue Josep Sabaté. Algunos camareros se llamaban Joan. Uno de ellos, Joanele. Contaba siempre con servicio de limpiabotas.

          Parece que anteriormente se llamaba "Taberna d´els Bohemis", donde paraban los trabajadores que iban de Barcelona a la Vila de Gracia, que estonces era autónoma. Posteriormente se llamó Gran Bar del Monte Carmelo y luego Bar Olímpic o Olímpic Bar. 

          Por su espléndida situación y por sus peñas y tertulias jugó un papel clave en la vida social de la ciudad, tanto antes como después de la Guerra Civil.

          La primera tertulia fue creada por el filósofo Francesc Pujols, el pianista Francesc Quintàs y el músico Jaume Pahissa. A ella se unió el dramaturgo Santiago Rusiñol i Prats, y muchos otros. Por allí pasaron, antes de la Guerra, Pío Baroja, Ramón del Valle-Inclán, Manuel de Falla, Carlos Gardel o Rubén Darío.

          La segunda tertulia, ya después de la Guerra, nació en 1964 gracias a numerosos pintores e intelectuales, de todas las tendencias pero en plan amigable. Llegaron a convocar, en 1965, un premio de pintura dotado con 100.000 pesetas, patrocinado por Radio Barcelona, El Noticiero Universal y La Vanguardia. Hubo muchas tensiones entre los participantes y el jurado y esta primera edición terminó con una cena y sin continuación.

          Era emblemática allí la Peña del Guinea...


          En el año 2014, el cirujano Manuel Sarró publicó el libro "Penya La Punyalada, records d´un tertulià". El doctor fue durante más de veinte años a la peña de los sábados, con artistas diversos. Hasta 1998.

          Aún queda un buen recuerdo de "La Puñalada" en el imaginario colectivo barcelonés. Uno de los habituales era mi padre, Josep Castellví i Prats. 


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