Son una golosina, una fruta de sartén confeccionada con una pequeña porción de masa de harina, mantequilla y a veces leche y huevos. De forma esférica, rellena o no de un picadillo de diferentes posibilidades de manjares. Hay variantes dulces y variantes saladas.
Se cree se deben a los árabes, que los introdujeron en el sur de España. Después de la Reconquista, se extendieron por toda la Piel de Toro.
La palabra podría derivar de la raíz prerromana "bunnia", que significaba bulto. La palabra castellana aparece en el siglo XVI en numerosos textos, incluso en el "Llibre del Coc"(o de los guisados) de Robert de Nola.
El catalán "bunyol" ya aparece en el siglo XIV en el libro de Francesc de Eiximenis y en el "Corbacho" de Giovanni Boccaccio.
Los buñuelos formaban parte de la repostería de los monasterios del Ampurdán, seguramente para mitigar los rigurosos ayunos de aquel tiempo, durante la Cuaresma.
Estos bocados típicos de la Cuaresma se llamaron del Ampurdán por ser allí muy populares. Era repostería casera. Un postre liviano y delicioso si está bien preparado. Se acompaña de vino dulce o chocolate caliente.
NOTA
Por San José, en Valencia, en las Fallas, suelen comerse buñuelos llamados de viento. La masa de los del Ampurdán lleva aguardiente.
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