Foto: vix.com
El nombre viene del inglés "cocktail" y significa literalmente " cola de gallo". Es el producto líquido que resulta de mezclar con acierto dos o más ingredientes formando un líquido agradable al paladar. El nombre ha pasado a designar una mezcla de bebidas aromatizadas, alcohólicas o no.
Los cócteles con alcohol deben prepararse momentos antes de ser bebidos pues, de lo contrario, pierden parte de sus cualidades organolépticas. Llevan casi siempre cubitos de hielo que atenúan el sabor fuerte de los alcoholes y facilitan también su mezcla.
Se desconoce el origen del nombre. Quizá venga de la costumbre, en la época de la colonización de Estados Unidos, de mezclar las bebidas con una pluma de gallo. Otra versión se inspira en la mezcla de colores que toma la bebida, parecida a los de la cola del gallo. En la antigüedad también se mezclaban numerosas bebidas.
La bebida apareció en Inglaterra con el nombre de cocktail a partir de 1806; en Francia, hacia 1860; y en España, en 1890, de la mano del escritor Ángel Muro.
El creador del bar americano fue Harry Craddock, huyendo de la ley seca de Estados Unidos. Popularizó una serie de cócteles ideados por él mismo en el Hotel Savoy de Londres (inaugurado en 1889).
En París, el primer bar americano - el "Eureka"- fue inaugurado por Henry Ridgeway durante la Exposición Universal de 1889. Desde entonces, el consumo de cócteles se extendió por Europa. Sin embargo, fue tras la Primera guerra mundial cuando los combinados se popularizaron.
NOTA
La elaboración de cócteles tiene unas normas que los "bartenders" (los profesionales de la barra) siguen para conseguir una bebida perfecta. Pueden resumirse en dos: observar escrupulosamente las cantidades y utilizar el mejor hielo posible.
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