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En nuestra alimentación, la vitamina D (calciferol) es un micronutriente capital. Es esencial para la absorción de calcio y fósforo por el intestino para mantener fuertes huesos y dientes. También protege el sistema inmune. Se conoce también como "la vitamina del hueso".
Se forma en la piel por la acción de los rayos ultravioleta del sol sobre un derivado del colesterol. El astro rey proporciona el 90% de la vitamina D y su falta (muy frecuente entre nosotros) puede causar osteoporosis o raquitismo. Tomar algo de sol a diario (5-10 min) es necesario en los niños, las embarazadas y los ancianos. A veces el médico recomienda algún suplemento de esta vitamina.
Una parte pequeña pero importante de vitamina D procede de los alimentos que la contienen: pescados azules (frescos o enlatados), yema de huevo, leche, quesos grasos, cereales, carne, setas. Un vaso de leche enriquecida con vitamina D proporciona la cuarta parte de la que necesita un adulto.
NOTA
Debe encontrarse un equilibrio entre la exposición a la luz solar, cuyos beneficios son innegables, y sus perjuicios (un exceso de sol durante años puede producir cáncer de piel, degeneración macular, etc.)
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