El sésamo a ajonjolí es la diminuta semilla del Sesamum indicum, una planta tan antigua que ya fue citada en el papiro egipcio de Ebers (1.500 antes de Cristo).
Al comienzo de nuestra era se empezó a cultivar en Sicilia, donde se espolvoreaba el pan con sésamo. Originario de la India y de África, se cultiva en el sur de Asia, México, Oriente Medio y área mediterránea.
Contiene vitaminas A, B y E, calcio, magnesio, fósforo, hierro y aminoácidos esenciales. Contiene ácidos grasos no saturados. Es muy nutritivo, de sabor dulce, similar al de las nueces: se hace más intenso al tostarlo.
Se incorpora a ensaladas, panes, galletas o como espesante ensalsas. Entra en la elaboración del humus de garbanzos. Con sésamo se elabora un aceite usado en masajes y para aliviar quemaduras.
El tahini
Es una pasta de semillas de sésamo tostadas y molidas. Contiene mucho calcio, lo cual es muy bueno para las personas veganas o que no consumen lácteos.
Es rico en zinc y selenio, dos minerales clave para el sistema inmune, los cabellos y la astenia primaveral.
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