Los alimentos ecológicos se han producido de manera natural, sin productos químicos como fertilizantes o pesticidas, sin alterar el ecosistema y sin modificaciones genéticas. Suelen tener más sabor y producir menos residuos. Para ello:
- Se utilizan las variedades de plantas más adecuadas a las condiciones locales.
- Se emplean abonos como el compost (restos vegetales) o el estiércol.
- Se ofrecen buenas condiciones de alojamiento para los animales y su acceso al aire libre.
- Las técnicas de elaboración, conservación y transporte que mantengan lo más posible la calidad de origen.
- Se limitan al máximo los productos sintéticos salvo en casos realmente excepcionales.
- No se emplean semillas transgénicas.
- Se respeta el medio agrario y los ciclos naturales, incluyendo el ciclo del agua.
- No se abusa de los recursos naturales.
España es uno de los grandes países consumidores de productos ecológicos. Estos son: frutas, verduras, legumbres, huevos, cereales y sus harinas, leche, queso, yogur.
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