TÉ KOMBUCHA (China).
Bebida ligeramente
efervescente y agua, elaborada con infusión de té rojo o negro, azucarado, que
se deja fermentar durante unos 10 días con el hongo Kombucha, de manera que el
proceso de fermentación genera numerosas bacterias y levaduras muy beneficiosas
para la flora intestinal. Es pues una bebida probiótica.
Su PH (magnitud química
que mide la mayor o menor acidez de una solución acuosa) está ente 3,2 y 2,7
siendo el valor del PH neutro 7. Contiene una gran concentración de ácido
glucurónico.
Se consigue una infusión
con propiedades antiinflamatorias e inmunológicas, atnioxidantes con variada
gama de enzimas, vitaminas y ácidos orgánicos.
En el comercio se puede
encontrar té BioKombucha embotellado, con 8 diferentes sabores, 100% natural.
En el año 2005 la
empresa La Kombuchera consiguió el reconocimiento oficial, y se instaló en
Vejer de la Frontera (Cádiz) la primera fábrica artesanal.
TÉ MACHA (Té “Cha” en japonés).
Té verde japonés
“sencha” elaborado con las hojas jóvenes más tiernas de la planta reducidas a
un fino polvo.
Se cultiva a la sombra,
cubriendo las plantas con toldos durante
unas tres semanas antes de la recolección para que produzcan más clorofila y
adquieran su brillante color verde oscuro y su sabor.
Las mejores hojas se
recolectan solo a mano, sin tallos, a finales de abril y en mayo. Luego las
hojas se someten a un baño de vapor a 100ª, se secan y se pulverizan en un
molino de piedra.
Esté té es diez veces
mas potente que el té verde tradicional pues al estar elaborado con la hoja
entera conserva prácticamente todos sus nutrientes. Tiene 9 veces más caroteno
que las espinacas; contiene antioxidantes, clorofila, vitaminas A, B1, B2, C y
E, potasio, hierro, magnesio, calcio, fibra, selenio, zinc que contribuyen a
reforzar las defensas.
Parece ser que ayuda al
transito intestinal, regula el nivel de azúcar en sangre y mejora los niveles
de colesterol. Su sabor es vegetal, fresco y algo amargo y tiene grandes
posibilidades en repostería.
Debido a su larga
elaboración, tiene un precio elevado.
Se puede consumir
diluido en agua, leche o zumos de frutos pero es preferible seguir los pasos
recomendados, que lo hacen tan especial.
En Japón es mucho más
que un producto de lujo: sólo se toma para la “ceremonia del té”.
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