El curioso nombre del plato de arroz que llamamos paella viene del utensilio en el que se cocina. El continente ha dado nombre al contenido. Ah, y siempre es paella, no paellera.
Esta especial sartén es un recipiente de cocina con dos asas encaradas una a cada lado, hecha de plancha de hierro dulce. Su altura no debe exceder los 4 centímetros y su diámetro se escoge según el número de raciones que se vayan a elaborar. Va desde 28 cm (para uno o dos comensales) hasta 46 cm (para 10 personas).
Los entendidos en paellas nos darán los consejos idóneos sobre la cantidad de agua, de arroz y el tipo de fuego para conseguir un plato con estrellas.
La palabra arroz proviene del árabe "ar-ruzz". Los árabes lo enseñaron a cultivar en las tierras pantanosas de Valencia, en el siglo XIII. Durante los días de fiesta los agricultores de aquellas tierras preparaban platos a base de arroz, a los que fueron añadiendo con el tiempo verduras, trozos de pollo (o conejo) o caracoles, según disponibilidad.
En el siglo XVIII bautizaron esta ya antigua preparación con el nombre de la gran paella en la que cocinaban el arroz. No era entonces un plato nacional como llegó a serlo en el siglo XX. Ha ido ganando prestigio y se ha convertido en seña de identidad de nuestro país ante gentes diversas y gurmets de todo el mundo. Eso sí, si está bien elaborada...
El arroz y Josep Piera
Según el poeta y escritos valenciano Josep Piera, que se hace llamar "autor de paellas", este plato es fiesta y compañía, sol, aire libre, jardín y campo. Es autor del "Llibre daurat" (Pòrtic), subtitulado "la historia de la paella com no s´ha contat mai". Su definición es definitiva: "la paella es la paella".
NOTA
La palabra arroz apareció escrita por primera vez en castellano en 1251.
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