Los grelos son los brotes tiernos -las hojas- comestibles de los nabos. El nabo es la raíz comestible de la planta crucífera de mismo nombre originaria de Europa oriental. Es de color blanco, es excelente como guarnición y en sopas y caldos. Su sabor es siempre agradable y los emplea la cocina gallega en potajes, sopas y acompañando al lacón, que es el brazuelo delantero del cerdo, salado o semicurado, a veces ahumado, y que ostenta una Indicación Geográfica Protegida.
Un plato típico gallego es el "lacón con grelos", con lacón desalado, cocido durante dos horas en agua, al que se van añadiendo grelos cortados, patatas y chorizo. A veces lleva también oreja de cerdo. El lacón gallego tiene una Indicación Geográfica Protegida (IGP).
Los meses de febrero y marzo son los mejores para comprar grelos. Los mejores ejemplares son los pequeños y más tempranos. Son verduras verdes oscuras, muy sabrosas en revueltos o salteados con ajos. Contienen más vitamina A que las espinacas o el boniato. También son buena fuente de vitamina K y otros minerales y vitaminas.
En la ciudad de Turín, capital del Piamonte italiano, también se comen grelos. En el restaurante de Porta Palazzo los hacen con raviolis y los llaman " a la ricotta e cime di rapa", es decir, rellenos de requesón y grelos de nabo. Posiblemente era el plato preferido del Camilo Benso, conde de Cavour , primer ministro de Víctor Manuel II (1810-1861), que frecuentaba el restaurante al final de los debates de la Cámara.
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