La pintada común, gallineta, gallina de Guinea o del faraón es una gallinácea faisánida originaria de la antigua Numidia, que hoy corresponde a una parte de Argelia. En Francia se la conoce como "pintade" o gallina del faraón. En Italia se conoce como "faraona" o gallina de los faraones. Los antiguos romanos la llamaban gallina de Cartago.
Esta ave ya estaba representada en los frisos de las pirámides de Egipto hace más de 40 siglos. Su carne era tan apreciada que parece que ya incubaban artificialmente sus huevos.
Fue traída a Europa por los griegos en el siglo V a. C. El poeta latino Ovidio (43 a. C.-19 d. C.) cuenta, en sus poemas mitológicos "Las Metamorfosis", una hermosa leyenda griega sobre el origen de las manchas del ave sobre su plumaje grisáceo. Meleagro, rey de Calidón , en la Grecia central, muere asesinado a traición por su tío. Sus hermanas, las princesas, lloran tanto su muerte que Artemisa (diosa griega de la caza) las convierte en avecillas, las pintadas, siendo sus lágrimas las pequeñas manchas que decoran su plumaje. El nombre científico del ave es "Numida meleagris".
Pesa entre 1 y 1,4 kilos. Debe comerse joven, mejor criada en libertad, con alimentación natural. La textura de su carne, deliciosa al gusto, se sitúa a medio camino entre la del pollo y la de la caza.
Las pintadas pueden convivir con las gallinas domésticas, aunque son huidizas con las personas o si hay ruidos extraños. Tienen un chillido sumamente desagradable, un grito áspero y metálico que, según algunos románticos, podría emular el lamento de las princesas de Ovidio.
Francia es el primer país productor de esta ave, que cría en reductos atendidos por especialistas. Se han ideado numerosas recetas para cocinarla.
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