El tomate es la baya comestible de la tomatera, planta herbácea solanácea de origen peruano. Su nombre deriva del azteca "tomatl", es decir, fruto pulposo. Existen cientos de especies de tomateras.
Los llamados de colgar, de ramillete o de penjar, pueden ser:
- El hoja de patata, el más habitual, redondo.
- El Montgrí, de forma picuda.
- El mallorquín la más grande.
Los tomates se suelen cosechar los meses de verano. Sin embargo, gracias a su gruesa piel, se conservan meses y meses. Se cuelgan en un lugar fresco y seco. Estos tienen un sabor menos dulce y son menos acuosos que los de otras variedades. El color de su piel está entre el rojo y el naranja. Su tamaño es parecido al de los albaricoques, salvo en la variedad mallorquina. No deben ponerse en el frigorífico. Así se conserva su intenso sabor. Gracias a su buena pulpa se los aprovecha totalmente y son ideales para hacer "pa amb tomàquet".
Pomodoro San Marzano
Son típicos los tomates secos en la cocina italiana. Deben ser rehidratados con agua muy caliente durante 10 minutos antes de usarlos. También se pueden conservar en aceite de oliva y especias.
Los tomates de la variedad San Marzano se hacen artesanalmente, recolectando los mejores de la región de Campania (cerca de Nápoles) y dejándolos secar al sol caliente. Desde 1996 la variedad tiene una Denominación de Origen Protegida.
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