Las partes extra de las carnes se distinguen entre blancas (sesos, callos, criadillas) y rojas (hígado, riñones, lengua, nanos). Durante siglos comerlas fue signo de pobreza, salvo en caso de hambruna.
A partir del siglo XIX, se fueron descubriendo las virtudes de estas partes de los mamíferos. Eran nutritivas y además podían elaborarse de muy diversas formas. La lengua tiene un buen repertorio de platos posibles:
- Lengua escarlata. Ahumada y servida fría en lonchas.
- Lengua a la alsaciana. Acompaña a la col agria o chucrut.
- Lengua con salsa de setas, a la catalana.
- Lengua con salsa ceviche.
- Lengua a la lucullus. Alterna lengua ahumada de buey con rebanadas ( o mousse) de foie gras. Es típica del Nord Pas-de-Calais. La ideó en 1930 un admirador de este general romano.
NOTA
La lengua debe siempre lavarse, escaldarse con agua hirviendo, sacarse, rasparse con un cuchillo para quitarle la dura piel y cocerse en agua hirviendo durante media hora, más o menos.
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