miércoles, 17 de julio de 2019

La Dieta Mediterránea





          La UNESCO, siglas en inglés de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, fue fundada el 16 de noviembre de 1945 con sede en París (Francia).

          La Dieta Mediterránea (DM) fue reconocida por este organismo en el año 2010 como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, compartido por cuatro países: España, Grecia, Italia y Marruecos. En 2013 se amplió a Croacia, Chipre y Portugal.

          La denominación de Dieta Mediterránea fue introducida por el nutricionista norteamericano Prof. Ancel Keys en la década de los 50. Sin embargo, ya en la antigua Grecia y en el imperio romano el patrón de alimentación era similar pues consistía principalmente de pan, aceite de oliva y vino; e incluía verduras, queso, algo de carne y pescado. Patrón transmitido durante generaciones hasta hoy, en la dieta que nos ocupa.

            La DM es el modelo alimentario más descrito por sus bondades en todo el mundo. Pero es que además incluye una serie de conocimientos, prácticas y habilidades relacionados con los alimentos. Desde el cultivo, la recolección, la conservación, la transformación, el cocinado, los rituales de consumo y las tradiciones. Además, el hecho social de comer en familia o en grupo (comunidades) permite el desarrollo de valores de convivencia y hospitalidad.

          En la base de esta dieta - “sistema de vida” y "valiosa herencia cultural"- hay alimentos a consumir diariamente como cereales (pan y pasta), legumbres, frutas, hortalizas, verduras, lácteos, aceite de oliva y pescado; con moderación, huevos, carne (mejor la blanca), frutos secos y vino. Se deben tomar pocos azúcares de absorción rápida, poca sal y el mínimo de alimentos procesados. Todo ello, acompañado de la ingesta de un litro y medio o dos de agua y actividad física regular. ¡Una dieta saludable y sostenible!




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