El fricandó es uno de los platos más emblemáticos de la cocina catalana. La palabra viene del francés pero su definición no se parece.
Según se describe en un libro de recetas de un autor catalán, titulado "Avisos e instrucciones para el cocinero principiante", de la culinaria franciscana del siglo XVIII, el fricandó era reflejo de la cocina popular de la época y un plato corriente en los conventos.
Nos llama la atención el empleo de la manteca de cerdo, que se hace habitual en aquella cocina, y la falta de tomate. El plato llevaba, entre otras cosas, escalopas de ternera cortadas en pequeños filetes enharinados, braseados con cebolla y ajos, laurel, vino tinto (por ser el más habitual en los conventos), caldo de ave o carne, frutos secos majados y manteca de cerdo. Todo se hace con una larga cocción. Casi al final se añaden unas setas secas ("los "moixernons") previamente remojadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.