jueves, 16 de junio de 2022

El olivo

 

Biblioteca Acrópolis

          La especie silvestre de olivo ya se encontraba mucho antes de nuestra era. Del cultivo del árbol tenemos noticias desde 5000 años antes de Cristo. Nació en el Asia menor y se propagó a Siria, Grecia, Egipto e isla de Creta.
 
          A partir del siglo XVI a. C. los fenicios implantaron el olivo en toda Grecia y en la Cuenca mediterránea.

          En el antiguo Egipto su aceite se utilizaba no solo en la alimentación sino también como perfume de difuntos.

          En la Grecia antigua fue un valor de todo tipo, especialmente cultural. Del mismo ha hablado  Homero.

          El Imperio romano plantó olivos en todas sus posesiones.
 
          Fue uno de los primeros cultivos implantados por los españoles en el Nuevo Mundo.

Un poco de mitología

          Zeus, el dios supremo griego, moraba en el Olimpo, donde tenía su palacio y gobernaba a dioses y hombres. Le pidió a su hija Palas Atenea, diosa de la sabiduría, que diera a Grecia algo importante. Al igual que Poseidón, dios del mar, Atenea propuso el olivo y Poseidón un caballo. Zeus eligió el árbol, pues creyó era mucho más útil para los hombres.

          El filósofo griego Platón fundó en el año 387 a. C. la Academia de Atenas. Se venera todavía hoy el conocido como olivo de Platón, a cuya sombra asegura la tradición el sabio filósofo tenía su cátedra.

          En la mitología romana, la diosa Minerva equivale a Atenea. Y los romanos le consagraron el olivo.

          Para judíos y cristianos el olivo significó el perdón de Dios tras el Diluvio universal. Una paloma llevó a Noé una rama de olivo como muestra de que las aguas habían comenzado a descender (Génesis, 8-9)...
            



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