lunes, 15 de febrero de 2021

La vieira

 

lasirena

          Es un molusco bivalvo de la familia de los pectíneos, de hasta 15 cm de diámetro. Se la conoce también como concha del peregrino. Vive en el fondo de los mares y nada abriendo y cerrando la concha para propulsarse a través del agua. Es hermafrodita. Es de reproducción difícil, de ahí su peligro de extinción, por lo que recomendamos la estricta observancia de su veda.

          La mejor época para su consumo es el invierno, como tantos mariscos.


Apuntes históricos

          El nombre viene del latín "veneira", así llamada por la concha con que pintan a Venus al salir de las aguas. Los franceses la llaman "coquille saint Jacques" y está íntimamente ligada a Santiago de Compostela. En las peregrinaciones medievales los peregrinos se llevaban a su regreso las conchas cosidas a la esclavina como señal de que habían llegado a Compostela.

          La leyenda dice que un caballero a punto de morir ahogado invocó al Apóstol y, al ganar la orilla, surgió con las ropas cubiertas de vieiras. La orden de caballería de Santiago fue establecida bajo el patrocinio del Apóstol en 1290 por Florencio V, conde de Holanda.


La carne de la Vieira

           Su carne es firme, blanca y delicada. Se rechaza todo lo oscuro de alrededor del coral. Queda la carne unida al mismo. Necesita poca cocción ya que de lo contrario queda gomosa. Contiene muchas proteínas, vitaminas, oligoelementos y pocas calorías (80 por 100 g).

https://www.conservaslavieira.com/

          Los moluscos tienen menos colesterol que los crustáceos, especialmente si se cocinan al vapor o salteados. Aportan proteínas de excelente calidad. También, hierro, calcio y yodo.

          La Agencia española de seguridad alimentaria recomienda evitar el consumo de las cabezas de los crustáceos, con el fin de evitar la contaminación por el metal pesado cadmio.


La zamburiña

          Es una hermana menos de la vieira. Su concha es más oscura y de carne más abundante y suave, aunque de sabor menos intenso. Es más económica. Su concha tiene más pliegues que la vieira.

          Una única receta del escritor gallego Picadillo, de principios del siglo XX:

"Hacer una papilla con aceite frito, perejil muy picado, pimienta, sal y pan rallado. Al horno y dorarlas, procurando que no se pasen ni se sequen".


NOTA

          Las conchas grandes vacías, rellenas con bechamel de pescado y gratinadas al horno son un plato espectacular.


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