Es un postre cremoso del País Vasco. En euskera significa "salsa de nueces". Es típico de Navidad en los caseríos vascos desde hace más de 150 años, especialmente en Guipúzcoa.
Se hace una pasta fina majando las nueces peladas. Se hierve esta con leche, azúcar y un palo de canela. Se remueve constantemente hasta que se espesa. A veces, se añade pan tostado rallado para alargar. La cocción a fuego suave debe ser larga, de al menos una hora, hasta que se espesa y forma una crema ligera. Se retira la canela. Se suele servir al natural y espolvorearse con canela molida. Los grumos se pueden colar.
Se parece a las natillas pero su textura es más espesa y no lleva huevo.
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