La cebolla es el fruto de una planta liliácea originaria de Oriente. Ya era conocida por los antiguos griegos. Creció en el Mediterráneo y es base de cientos de platos de nuestra cocina y de la centroeuropea.
La "soupe à l´oignon" es un plato que los campesinos solían tomar en épocas frías. Lo popularizó el ex-rey de Polonia Stanislas Leszczynski, que la había conocido durante uno de sus viajes a la Lorena francesa para visitar a su hija María, esposa de Luis XV (1710-1774). Se la sirvieron en la posada de CHalons donde pernoctaba. Le gustó tanto y la encontró tan excelente que no quiso marcharse sin antes aprender a elaborarla él mismo.
También en el siglo XIX, los noctámbulos parisinos acostumbraban a ir a Les Halles, el mercado de la ciudad, a comer una caliente sopa de cebolla como resopón.
La fórmula es tan sencilla como sigue: se dora en mantequilla y en sartén cebolla finamente cortada, se le añade una cucharada de harina y se cubre con agua salada caliente. Hay quien utiliza caldo, aunque los puristas lo desaconsejan... Se añaden unas rebanadas de pan tostado cortadas muy finas. Se espolvorea todo con queso rallado y se gratina en el horno.
NOTA
El gratinado se empezó a hacer a finales de siglo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.