lunes, 28 de febrero de 2022

El kirschwasser o kirsch

 

          Es un aguardiente elaborado por destilación de toda clase de cerezas. Las llamadas marascas son las que proporcionan los mejores y más finos.

          La localidad de Fougerolles (Alta Saboya) tiene más de 40.000 cerezos. Es la cuna de los aguardientes de fruta. Cuentan que un monje de la población inventó el kirsch en el siglo XVIII al quemar unas pulpas de cereza ("griottes") que habían fermentado. Obtuvo un delicioso destilado blanco que se hizo famoso en seguida.

          Fougerolles alberga la Casa Museo de los Aguardientes de fruta, fundado en 1980. Es único en su género. Se halla en la antigua destilería Simon y contiene una gran colección de alambiques.


          El kirsch se obtiene por destilación de la pasta elaborada por maceración de cerezas maduras, con o sin hueso. Este mosto se deja fermentar un par de semanas y luego se destila en alambiques de cobre. El producto final tiene más de 40º de alcohol. El kirsch se añeja en toneles (de haya o fresno, ya que debe ser transparente y no coger el color de la madera) o en envases de terracota o vidrio provistos de respiraderos que liberen sus alcoholes secundarios.

         El kirsch adquiere su punto óptimo envejeciendo más de 10 años. Como todos los aguardientes blancos, debe beberse frío, puro, exaltándose así sus aromas.

         También se usa en ensaladas de frutas o en la elaboración de repostería.

          Es típico de Francia (Alsacia, Lorena, Franco Condado), Alemania (Selva Negra), Suiza (Basilea) o España (Valle del Jerte, desde 1984).

NOTA

          Se necesitan 18 kilos de cerezas para obtener un litro de bebida.


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